Le encantaba el agua. Desde que aprendió a nadar, disfrutaba cada día de verano de su hora del baño. Así fue un verano tras otro, un año tras otro...
En sus años de infancia, se bañaba en la alberca que tenían sus abuelos en el pueblo. Más tarde, en la adolescencia, en la piscina del polideportivo donde iba con su hermano mayor. Después, en su juventud, en el río donde iba de excursión con un grupo de amigas o con su novio. Posteriormente, ya toda una mujer trabajadora, casada y con dos hijos, en el mar, el ancho mar, en la villa costera donde pasaba su mes de vacaciones.
Cuando salía del agua, después de un largo baño, era como si aumentara su vitalidad, se encontraba cargada de energía y era capaz de hacer todo lo que se proponía.
Este verano cumplió 70 años. Un día del mes de agosto la encontraron dentro del acuario en la residencia donde la habían dejado sus hijos para irse de vacaciones. Ahogada, sin vida, pero con una sonrisa en los labios...
Se llamaba Mar Lagos Ríos.
Qué bonito fin para un final de vida que se asemejaba triste.
ResponderEliminarMe da mucha pena cuando escucho noticias de familias que abandonan a los abuelos en residencias, después de todo lo que siempre han dado por sus hijos y nietos, en general.
Habría que pensar que un día seremos así: gruñones, pesados, repetitivos, olvidadizos, viejos, y que nos seguirá gustando que nos amen.
Un beso.
lo de alberca....es tantípico de nuestra tierra Jaén ¡¡¡¡. Morir con una sonrisa...esa si que es una muerte con suerte...
ResponderEliminarSaludos y espero mejoría...
Pd: envie tu mail al portal digital.
¡Qué lástima!
ResponderEliminarPobre "agualita"...
Muy conseguido el post.
Muchisimos besos:
Isa
Gracias. Siempre es agradable. Me halaga.
ResponderEliminarHasta pronto.
que pena que haya muerto asi...al menos la sonrisa nos indica que murió feliz.
ResponderEliminarUn beso
... Y era lo más parecido a una sirena que jamás se hubiese visto en tierra firme.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias a todas y todos por la visita y los comentarios.
ResponderEliminarSOBORO: Creo que el final es triste pero con un toque de felicidad (o de ternura). Sí, deberíamos cuidar y querer más a nuestros mayores cuando llegan a estas edades... Algún día nos llegará a nosotros.
MANUEL: ¿Así que la alberca te recuerda a nuestra tierra? Yo me bañé de pequeña en una... ¡qué tiempos!... Lo de morir con una sonrisa... no debe ser malo del todo, no?
ISA: Hola, guapa, ¿tú por aquí? Muy ingeniosa la expresión ¡Pobre "agualita"!(jugando con las palabras abuelita y agua). No sientas lástima por ella, murió feliz en su medio: el agua.
ANA: Bienvenida a este blog. Ya nos "veremos" por aquí o por el tuyo.
CORNELIUS: No te apenes por ella, su sonrisa nos indica que su muerte fue dulce.
JUAN LUIS: Muchas gracias. Me encanta tu aportación a mi relato: ..."Y era lo más parecido a una sirena que se vio en tierra firme." Sin duda, sería un buen final de la historia.
Un puñado de besos para que podáis repartirlos entre los seis.
Murió rebelándose ante el abandono y siendo lo que siempre quiso ser. Una sirena, como bien dice Juan Luis.
ResponderEliminarUn saludo.
A mí también me recordó a una sirena un final triste .. a veces lo que escribimos refleja nuestro estado ánimo, espero que estés bien guapa, un besazo!.
ResponderEliminarTriste final para cualquiera, cuando un@ llega a la determinación de acabar con su vida es la mayoría de las veces por soledad. Padres y madres de algunos de mis amigos o conocidos a los que han arrinconado en una residencia de ancianos no han durado ni tres meses. En mi casa los abuel@s siempre han fallecido rodeados de la familia. No entiendo ciertas cosas. De todas maneras la protagonista de tu historia parece que muere feliz pero seguramente hubiera disfrutado más si se la hubieran llevado de vacaciones al mar. Buen escrito. Un beso
ResponderEliminarExelente final inesperado , breve cuento que rapidamente hace desde las primeras lineas que uno este interesado el llegar al final para ver como se resuelve el desenlace debido a su aparente injenuidad .
ResponderEliminarContinua por el camino de los relatos cortos y los finales inesperados .
Felicidades .
Tras leerlo, yo también he pensado como Juan Luis, como Adanero, que se trataba de un sirena.
ResponderEliminarSin duda
;-)
Triste y emocionante relato Luisa,
ResponderEliminarvolvió al elemento líquido de donde salió, su vida fue un ( ) nada más pero nunca lejos del agua...
Un beso.
Gracias por vuestros comentarios tan elogiosos que me motivan para seguir escribiendo.
ResponderEliminarTORMENTA: Triste final, aunque no del todo... Supongo que algo influye nuestro estado de ánimo al escribir pero, en estos momentos, yo me encuentro bien, gracias. Un beso.
CONSUELO: La soledad y el abandono de ancianos son tragedias personales que se repiten con demasiada frecuencia (por desgracia). Seguro que la protagonista hubiera disfrutado si sus hijos la hubieran llevado al mar... pero, ésa hubiera sido una historia diferente. Un beso.
ADANERO: Ella se rebeló a su triste suerte y pudo morir sonriendo... (que no es poco).
Bienvenido a este blog. Ya pasé por el tuyo..., interesante. Saludos.
MEGA: Empiezo a pensar que si a Juan Luis, a Adanero, a Tormenta y a ti os parece que se trata de una sirena... tal vez lo fuera. Besos.
SELMA: Efectivamente, el agua era su medio, su líquido elemento y... a él regresó. Me gusta eso que dices de que su vida fue un paréntesis nunca lejos del agua. Besos.
FÉLIX: ¡Qué bien que te haya gustado este texto! Y que te sorprendiera el final... ¡uff! ¡eso no resulta fácil!
No sabes cómo me ayuda que me des tu opinión y me animes a seguir escribiendo... Gracias.
Un abrazo.
Yo también estoy loca por el mar...
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog.
Luisa, le has puesto tanto realismo, que me he quedado al principio impactada. Luego he leído los comentarios y veo que ha sido un producto de tu inspiración.
ResponderEliminarYa sé que nadie se quita la vida en un acuario, pero es el simbolismo de la tristeza del abandono buscando la alegría de lo que más placer le aportaba.
Buen escrito, Luisa, y da que pensar.
Un beso.
Hola Luisa tienes unas historias maravillosas, se me hacen cortas.
ResponderEliminarla historia me ha recordado a la mujer desaparecida en sanlúcar hace unos meses, no tiene nada que ver, pero no se porqué me ha recordado la historia.
No me ha resultado un final feliz,ni un poquito, gustarle tanto el agua y terminar en un acuario en pleno agosto...
Enhorabuena por tu blog ¿ puedo ponerte en mis enlaces?
besos RITA.
MEIGA: Gracias por pasarte por aquí y comentar. No te vuelvas "loca" del todo por el mar, que es peligroso...
ResponderEliminarSaludos.
MALENA: Me alegra que te haya gustado el relato... a pesar del impacto que comentas. ¿Tristeza por el abandono o por no disfrutar del agua? ¿Sabemos qué sintió de verdad?... Viene bien pensar un poco. Gracias por tus palabras. Un beso.
RITA: Bienvenida a este blog y gracias por tu comentario. Las historias a veces nos recuerdan hechos que aparentemente no tienen relación... Yo leí en el periódico lo de la desaparición de una mujer de Sanlúcar hace unos meses.
Estoy de acuerdo en que el final es triste (aunque ella esté sonriendo). Si te gustó lo que leiste, vuelve siempre que quieras y, por supuesto, que puedes enlazarme en tu blog. Ya lo visitaré para conocerlo. Besos.
Un nombre propio muy propio, me ha recordado a Gregorio Peces Barba, siempre que lo oigo me imagino a un pez barbudo. Muy chulo.
ResponderEliminarTe he descubierto y me ha gustado lo que he leído. Te dejas llevar con tus palabras hacia donde deseas que vayamos, para luego anunciarnos el fin del relato.
ResponderEliminarSí, iré leyendo hacia atrás.
Me identifiqué con la protagonista. Por cierto qué belleza tiene la palabra alberca. Me retrotrae a mis orígenes en un pueblecillo de Jaén donde estas era las primeras piscinas que tuvimos.
ResponderEliminar--
Saludos, Goathe.
El agua es el inicio y el final de todo.
ResponderEliminarHe vuelto, querida Luisa M.
ResponderEliminarUn beso
uoh! qué final...
ResponderEliminaryo me tiendo a creer las historias
Bienvenidos a los que os asomáis al blog por vez primera.
ResponderEliminarGracias por los comentarios a todos y todas.
MANUESPADA: Pensé el nombre de la protagonista (palabras de agua) cuando me vino la idea, antes de desarrollar la historia. Saludos.
ODISEO DE SATURNALIA: Me alegra que te gustase este relato y "te dejases llevar... al final". Te invito a leer los anteriores... cuando regreses por aquí. Un saludo.
GOATHEMALA: Es normal que te recordara a Jaén, paisano, yo también me bañé de pequeña algunas veranos en una alberca (antecesora de la piscina). Saludos jaeneros.
PEDRO OJEDA: Buena frase: "el agua... origen y final", sí señor, al menos para Mar, nuestra protagonista. Un saludo.
CORINA: ¡Cuánto me alegro que hayas vuelto, Sob..., digo, Corina! Habrá que acostumbrarse a tu nuevo nombre. Ya vi que cambiaste de imagen en tu nuevo blog, por cierto, le has puesto un nombre bonito y sugerente. Besos.
AROA: No es malo creerse las historias, al contrario, al menos... mientras las estás leyendo. Un beso.