sábado, 29 de noviembre de 2008

Alquilar o vender, más difícil cada vez










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No hay más que dar un paseo por las calles de la localidad para descubrir uno tras otro la gran cantidad de carteles de diferentes tamaños y tipos de letras que anuncian las casas, dúplex, pisos, apartamentos, locales y plazas de garaje que están en alquiler o en venta. En unos se indica un teléfono particular, en otros el de una empresa inmobiliaria. Hay para todos los gustos…
¿Una consecuencia de la crisis inmobiliaria? ¿o de la crisis económica que afecta a los propietarios de las viviendas? ¿o de ambas?


Parece que, tan mal andan las cosas, que, para tratar de vender o de alquilar, se aguza el ingenio y podemos encontrar rótulos y carteles en extraños o, cuando menos, curiosos lugares.










Y, hablando del tema, ...

Hace unas semanas, sentada en la terraza de una cafetería, escuché este diálogo entre dos hombres en una céntrica calle peatonal del pueblo:
- Hola, quillo. ¿Qué paza? M´alegro verte.
- ¿Cómo estás, Juan? Yo también me alegro.
- Tás perdío, ehn?
- Bueno, la verdad es que hace unos meses que no venía por el pueblo.
- Tás mú bien y mú elegante, te irá tó fenómeno…
- No me puedo quejar, tengo un buen trabajo, un buen sueldo y viajo mucho, aunque tenga que vivir tan lejos de esta costa donde me crié. ¿Y tú, qué tal te ha ido el verano? ¿Habrás ganado tu buen dinerito con los alquileres, no?
- Pó de dinero, poco, quillo, que la cosa ejtá mú mala y ná máh quemos arquiláo el piso en agosto, en julio, ná y setiembre, vacío, y asín sigue.
- ¡No me digas! ¿Tanto se está notando ya por aquí la crisis?
- ¡Asín es! Y eso que hacimos un puñáo de carteles pá pegarlos por tóas las parés…
- Buena idea la de los carteles, hay que anunciar el producto para conseguir clientes. ¿Quién te los hizo?
- Quillo, pueh… yo mismo... y aluego hacimos fotocopias d´esas. Mira, toavía hay uno en la paré denfrente, al láo de…
- ¿Ése de ahí? Perdona, hombre, y no te enfades si te lo digo, pero con una publicidad así no me extraña que el piso se te quedara vacío. Si, ni siquiera, indicas un teléfono de contacto, y, lo peor, tienes dos errores ortográficos garrafales. Tenías que haber pedido ayuda a alguien… que te lo escribiera, con mejor presentación y sin faltas. Una época difícil para los alquileres y, encima tú, lo pones más difícil aún con estos “cartelitos cutres”… Bueno, ya no tiene remedio, pero para los próximos, tenlo en cuenta, hay que modernizarse, para ser más competitivo.
- ¿Y por qué no me loh haceh tú, quillo? Que tú tieneh estudioh y lo hará mú requetebién. Te envito a una cerveza en el bar de la esquina pá seguí hablando.
- Pues, lo siento, ahora no puedo, tengo bastante prisa. Toma mi tarjeta y me llamas mañana…
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Todas las fotos son propias y están realizadas en mi localidad de residencia.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Ser agradecida (I)

Hace ya varios meses sufrí un accidente laboral, una estrepitosa caída que me causó varias lesiones y una grave fractura en un brazo de la que todavía estoy recuperándome, aunque ya he vuelto a incorporarme al trabajo habitual y, poco a poco, a mi vida “normal”.

Durante este tiempo, tuve que permanecer ingresada en el hospital varios días, ser intervenida quirúrgicamente en dos ocasiones, acudir a consultas de traumatología y de médico de familia, asistir periódicamente a curas de enfermería y recibir muchas, muchas sesiones de rehabilitación…
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Para agradecer con palabras el esfuerzo, la dedicación y el buen trato recibido por parte de los y las profesionales que me han atendido escribí el poema siguiente.
Hasta ahora, sólo lo había leído mi fisioterapeuta, a la que le he regalado una copia con una dedicatoria personal. Hoy quiero hacer público este agradecimiento desde aquí.

A los buenos profesionales de la medicina, cirugía, enfermería, fisioterapia… que entregan lo mejor de sí mismos y curan a sus pacientes con su sabiduría, su saber hacer y… con sus manos.

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MANOS QUE CURAN

Pulso firme, mano diestra,
de experiencia muchos años.
Tris, tras, tris, con el bisturí,
vestido de verde menta
al quirófano llegó…
El artista cirujano.

Pulcra higiene, mano suave,
trato amable y sonriente.
Tras, tris, tras, en el hospital,
con antiséptico y gasa,
con tijeras y con vendas,
a la consulta viene ya…
La enfermera eficiente.

Masaje duro, palabras tiernas,
mano cálida y segura.
Flexiones y estiramientos
con pelota, disco y pesas,
y con técnicas modernas,
un completo tratamiento.
Tris, tras, tris; ya está aquí
tras, tris, tras; en la clínica está…
La excelente fisioterapeuta.

Dedos jóvenes y expertos,
manos que saben curar,
tratando huesos y músculos
solamente con tocar
con suavidad o con fuerza
según la necesidad
o manejando con pericia
delicado instrumental.
Tras, tris; tris, tras;
qué gran profesional.

Con un don extraordinario
y una habilidad especial,
con una voz que transmite
confianza y seguridad.
Factores fundamentales
para lograr la curación
y la recuperación completa
por grave que sea la lesión.
En un tris, tras; en un tras, tris.
De corazón, gracias mil.

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Luisa M.

Fotos propias: 1) y 2) las manos de mi fisioterapeuta tratándome el brazo.
3) mi mano dando forma a un corazón.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Motivos que me hacen feliz

La genial Freia (con permiso de la señora condesa) de Variaciones Goldberg me ha enviado un meme. Es el primero que recibo de este tipo, se lo agradezco y lo acepto con gusto por tratarse de ella y porque me parece interesante reflexionar sobre qué seis cosas sin importancia me hacen feliz. Allá va:

REGLAS DEL MEME:
1) Enlazar a la persona que lo envía.Ya está enlazada.

2) Enumerar seis cosas sin importancia que nos hagan felices.
Prefiero llamarlas cosas sencillas o pequeñas. Las mías son:

Me hace feliz:
-Saborear un café cremoso, calentito y en taza, mientras converso con alguien a quien quiero.
-Encontrarme la comida (o la cena) lista y como me gusta cuando llego del trabajo o estoy cansada.
-Mirar despacio las fotos de mis sobrinos buscando la mejor o la más graciosa.
-Encontrar en el buzón una carta, una postal o una felicitación de navidad escrita a mano.
-Recibir la llamada de una amiga para felicitarme en mi cumpleaños, (¡anda! ¡se acordó!).
-Conseguir expresar mis sentimientos o emociones en un poema.

3) Hacer constar las reglas.
Aquí las hago constar.

4) Elegir a seis personas que continúen el desafío.
¡Uuuy, lo más difícil! ¿A quién se lo mando? En esta ocasión les ha correspondido a seis amigos blogueros:
A Manuel de la Rosa de La distancia no es el olvido
A Pedro Escudero de La acequia
A Cornelivs de Diario de Cornelivs
A Juan Luis de Se buscan lectores
Yo os lo envío con todo cariño, pero cada uno es libre de aceptarlo o no y de seguir las reglas y mandarlo a otros o no, lo dejo a vuestra elección.
A los que no los conocéis aún, os recomiendo que visitéis estos blogs, cada uno tiene su propio estilo y todos son muy interesantes.

5) Avisarlos con un comentario en su blog. Avisados quedan.
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Otro premio (¿o el mismo?):
Cuando ya tenía escrita esta entrada y preparada para publicarla me llegó el premio "I love your blog" que me envía Isa, de Isablog, cuyas reglas son exactamente las mismas que el anterior, por lo cual solamente me queda incluir el enlace de la persona que me lo envió y darle las gracias por este regalo. Lo de publicar las reglas ya está hecho.
Así que le mando este premio a seis amigas blogueras:
A María de Aprendiendo a ver el cielo más azul
A Sara de Momentos decisivos
A Nuria de Otoño
A Ana de Una esquina del mar
Como ya dije antes, os lo envío con cariño y cada una es libre de aceptarlo o no y de seguir enviándolo a otros o no.
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Si alguno de los demás lectores os animáis, podéis escribirlo también, siguiendo o no las reglas, porque este rinconcito de comunicación y encuentro se mantiene "volando sobre el mar" gracias a vuestras visitas y comentarios.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Crisis de identidad

Un microrrelato en dos versiones:
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VERSIÓN 1:
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No es ella. La mujer que la mira detrás del espejo no es ella. Si acaso se le parece vagamente. Sus ojos también son verdes, pero sin brillo y con los párpados enrojecidos. Sus labios resecos dibujan una extraña mueca en lugar de su sonrisa.
Una desconocida la observa desde el espejo mientras se peina. Han pasado demasiados años desde que se marchó de casa. Demasiado dolor desde que sufrió la crisis. Después, el vacío en su memoria y unas profundas huellas en su rostro.
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VERSIÓN 2:
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No era ella. La imagen que le devolvía aquel espejo no era ella. Si acaso se le parecía vagamente. Sus ojos eran verdes, pero sin brillo y con los párpados hinchados y enrojecidos. Sus labios resecos dibujaban una extraña mueca en lugar de su sonrisa.
De pie, ante el espejo, no era capaz de reconocer su propio rostro. Habían pasado demasiados años y demasiado dolor desde que sufrió aquella crisis. El espejo le mostraba a una desconocida con la que tenía que aprender a vivir.
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