jueves, 26 de junio de 2008

Encuentro en el tren


Sentada junto a la ventanilla, Celia está inmersa en la lectura del libro que sostiene con ambas manos.
“Paralizada por la sorpresa, abre sus enormes ojos mientras, paso a paso, el hombre del traje gris se acerca lentamente…”
Una voz grave la saca bruscamente del ensimismamiento:
- Hola, ¿puedo sentarme?
- Sí, claro – responde mirando fijamente al hombre del traje gris que se sienta enfrente.
- “Próxima estación: Atocha” – anuncian por megafonía.
- ¡Mi destino! – suspira aliviada.
Cierra el libro, coge su mochila y camina deprisa hacia la salida. Tras ella, se cierra la puerta del vagón… totalmente vacío.

Escribí este relato en mayo para el II Concurso de relatos cortos convocado por RENFE Cercanías de Madrid. No conseguí quedar entre los premiados, pero... lo importante es participar. Al menos, eso nos decían antes.
La verdad es que resulta difícil condensar una historia que diga algo en tan pocas palabras (el máximo en este certamen era 99, pero hay otros con menos). Ahora parece que se han puesto de moda los relatos cortos o microrrelatos y se convocan bastantes concursos de ese tipo. Si os interesa el tema, os recomiendo visitar las siguientes páginas web:
En ellas publican anuncios de concursos literarios de cuentos, relatos, poesía... de España e Hispanoamérica.

lunes, 16 de junio de 2008

Volar sobre el mar

¡El mar! ¡Ah! El mar... eterna fuente de inspiración para los artistas: pintores, poetas y cantautores... de todos los tiempos.

Y, para muestra: una canción, o mejor, cuatro, las canciones sobre el mar que he seleccionado:


A por el mar,

a por el mar que ya se adivina,

a por el mar,

a por el mar, promesa y semilla

de libertad,

a por el mar, a por el mar...

El mar es más que un paisaje,

también es un sentimiento,

es un corazón que late

negándose a seguir muerto;

no rinde más obediencia

que la que exigen los vientos,

no lo sujetan cadenas

ni se detiene ante el fuego.

A por el mar,

a por el mar que ya se adivina,

a por el mar,

a por el mar, promesa y semilla

de libertad,

a por el mar, a por el mar...

Luis Eduardo Aute

Por la blanda arena que lame el mar

su pequeña huella no vuelve más.

Un sendero solo de pena y silencio

llegó hasta el agua profunda.

Un sendero solo de penas mudas

llegó hasta las espumas.

Sabe Dios qué angustia te acompañó

qué dolores viejos calló tu voz

para recostarte arrullada en el canto

de las caracolas marinas la canción

que canta en el fondo oscuro del mar

la caracola.

Te vas Alfonsina con tu soledad

¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?

Y una voz antigua de viento y de mar

te requiebra el alma y la está llamando

y te vas, hacia allá como en sueños,

dormida Alfonsina, vestida de mar.

Félix Luna - A Alfonsina Storni

En las suaves aguas de tu mar me perderé,

Seré un mal pirata,

tus tesoros guardaré.

Por tu amor.

Por mi bien.

Me das el mar con tu mirada.

Me acuna el mar de tu mirar.

Yo, qué poco fuí,

antes de ser por tí, estela y sal, nave y lugar.

Me das el mar con tu mirada.

Me acuna el mar de tu mirar.

Soledad Giménez. Presuntos implicados

Al amanecer ya está Miguel

sobre su barca.

Dame un beso amor,

y espera quieta

junto a la playa.

Y el mar murmura en su lenguaje:

- ¡Maldito pescador!

Despídete de ella,

no quiero compartir su corazón-.

Y llorar, y llorar, y llorar por él.

Y esperar, y esperar, y esperar de pie

en la orilla a que vuelva Miguel.

Dicen en la aldea

que esa roca blanca es Ana.

Cubierta de sal y de coral

espera en la playa.

No esperes más niña de piedra.

Miguel no va a volver.

El mar le tiene preso

por no querer cederle a una mujer.

Y llorar, y llorar, y llorar por él.

Y esperar, y esperar, y esperar de pie

en la orilla a que vuelva Miguel.

Incluso hay gente que asegura

que cuando hay tempestad,

las olas las provoca

Miguel luchando a muerte con el mar.

Y llorar, y llorar, y llorar por él.

Y esperar, y esperar, y esperar de pie

en la orilla a que vuelva Miguel.

Y llorar, y llorar y llorar por él.

Y llorar, y llorar, y llorar por él.

Y llorar, y llorar, y llorar sobre el mar.

José Mª Cano. Mecano


Canciones para volar y... volar sobre el mar.

domingo, 15 de junio de 2008

Tiempo de mar

¿Sabes quién era Ernestina de Champourcín? ¿Y Concha Méndez? ¿Has oído hablar de ellas?
Pues yo, curiosamente no las descubrí hasta el año pasado, y ahora lo sé. ¡Más vale tarde... !
Sí, fueron dos excelentes Poetas (no me gusta la denominación de poetisas) que formaron parte de la Generación del 27, ese grupo de destacados Poetas (aunque algunos también escribieron teatro o prosa) del que todos podríamos citar al menos cuatro o cinco nombres e incluso recitar alguno de sus poemas.
Sin embargo, no todos han sido reconocidos del mismo modo y a varios hasta se les consideró poetas menores, término que no hace justicia a la intensidad y la calidad de su poesía.
Con motivo de la conmemoración (en diciembre del 2007) del 80 aniversario de la constitución de la Generación del 27 o "Poetas del 27", se han publicado en Andalucía varias antologías poéticas, donde se recogen poemas de estas dos autoras y del resto de los componentes de esta brillante Generación de Poetas (hombres y mujeres). También se han organizado actividades y eventos destinados a acercar a los escolares sus figuras y sus poesías.
De los poemas que he leído de Concha Méndez y de Ernestina de Champourcín, he elegido los tres que escribo a continuación por el tema que tratan: el mar. Espero que os transmitan su energía y su ternura.
  • TIEMPO DE MAR
    El mar me pertenece
    lo hago pasar entero
    entre mis manos ávidas.
    Lo acaricio, le doy
    la única mirada
    sencilla que me queda
    la que aún no han manchado
    ni el miedo ni la muerte.
    Mar limpio entre mis dedos
    goteando esperanzas
    porque sostiene aún
    un velamen con brisa.
    Mar de todos los mares
    hoy contemplo en su espuma
    otros mares antiguos:
    aquel de mi primer
    contacto con las playas
    y el de aquellas lecturas
    codiciosas e incómodas
    bajo algún tamarindo
    y aquel otro del trópico
    sin huellas de turistas
    con esa pulpa tierna
    que ofrece el cocotero.
    Quiero olvidar aquí

    lo que sucedió anoche.
    El mar no tiene culpa.
    Es dócil, mío, puro,
    es un lebrel que lame
    mis plantas mansamente.
    Ernestina de Champourcín
  • ANCHO ES EL MAR...
    Ancho es el mar; él ha de separamos;
    quedarán nuestras almas enlazadas.
    Como un último retrato, en nuestros ojos
    impresas lucirán nuestras miradas.
    El barco en que he de ir está en el puerto;
    a éste seguirá otro en que tú vayas.
    Te esperarán mis brazos, no se en dónde...
    tal vez en algún puerto... en una playa..!
    Concha Méndez

  • ERAN VERDES COMO UN MAR...
    Eran verdes como un mar,
    con reflejos de alto cielo.
    -¡Qué bien sabían mirar!-
    unos ojos que recuerdo.
    En la penumbra lucían
    con una luz de misterio,
    como dos claros abismos
    abiertos a mil deseos.
    Muchas horas tuve cerca
    los ojos verdes aquellos,
    que implorantes me miraban
    ¡y yo hacia por no verlos!
    Y hoy que mirarlos quisiera,
    están tan lejos..., ¡tan lejos!
    Concha Méndez

Volar... con la imaginación

Espero que este blog sea un espacio o un lugar donde encuentres...
opiniones para compartir,
poemas para soñar,
historias para volar... con la imaginación.

Para comenzar, os recomiendo dos poemas que derrochan esa imaginación tan necesaria para vivir todas las personas y, no sólo durante nuestra infancia.
  • El primero, de José Agustín Goytisolo, titulado "Érase una vez" o "El lobito bueno":
Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.
Todas estas cosas
había una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.
  • El segundo, de María Elena Walsh, se titula "El reino del revés":
Me dijeron que en el Reino del Revés
nada el pájaro y vuela el pez,
que los gatos no hacen miau y dicen yes
porque estudian mucho inglés.
Me dijeron que en el Reino del Revés
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que dos y dos son tres.
Vamos a ver como es
el Reino del Revés.
Vamos a ver como es
el Reino del Revés.
Me dijeron que en el Reino del Revés
cabe un oso en una nuez,
que usan barbas y bigotes los bebés
y que un año dura un mes.
Me dijeron que en el Reino del Revés
hay un perro pekinés
que se cae para arriba y una vez
no pudo bajar después.
Vamos a ver como es
el Reino del Revés
Vamos a ver como es
el Reino del Revés.
Me dijeron que en el Reino del Revés
un señor llamado Andrés
tiene 1.530 chimpancés
que si miras no los ves.
Me dijeron que en el Reino del Revés
una araña y un ciempiés
van montados al palacio del marqués
en caballos de ajedrez.
Vamos a ver como es
el Reino del Revés.
Vamos a ver como es
el Reino del Revés.

Y, para terminar, un consejo para mejorar tu salud (física y mental):
Deja volar tu imaginación... al menos, una vez cada día.