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No os voy a hablar de semanas de tensión y estrés, ni de las prisas y papeleos de fin de curso, no, hoy toca un cambio de sintonía, respirar hondo, relajarnos, contemplar la naturaleza o el arte...

Me gustaría hablar, bueno escribir, sobre la importancia de las relaciones personales y sobre la amistad.
Por circunstancias diversas, en estas últimas semanas, he visto cómo se han reforzado los lazos de mi amistad con varias amigas y he notado un cúmulo de emociones porque de distintas maneras cada una de ellas me ha mostrado su cariño.
A algunas las conozco desde hace bastantes años y con ellas he compartido episodios personales o profesionales importantes; otras, siempre han estado a mi lado, son ya como parte de mi familia; a varias, las conozco desde hace poco tiempo, pero hemos congeniado por tener gustos o intereses similares.
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No voy a nombrarlas aquí una a una, pero, ahora que estoy de vacaciones (y bastantes de ellas también) y podemos tomarnos una copa (o un refresco, allá cada cual), quiero proponer...
¡Un brindis por el afecto en las relaciones!
¡Un brindis por la buena amistad!
Así que esta entrada se la dedico a todas mis amigas: a las de antes, las de ahora y las de siempre; a las que conozco desde hace muchos años y a las que he conocido en estos últimos; a las que veo a menudo, a las que frecuento poco y a las que todavía no conozco personalmente (sino a través de la red); a todas.
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